El zapatero es, por así decir, un mueble que suele pasar desapercibido. A menudo se disfraza de mesita auxiliar de pasillo, de cómoda de dormitorio o de mueble de recibidor, despistando a quienes lo ven y haciéndoles creer que su función es distinta a la de albergar una buena cantidad de pares de zapatos.
Sin duda en esa característica reside parte de su eficacia, sobre todo si lo que se busca es camuflar el mueble. Pero los zapateros no tienen por qué ser discretos y poco llamativos: son un mueble de pequeñas dimensiones que, por su tamaño y condición auxiliar, nos permite jugar con superficies, texturas e imágenes, proponiéndonos un juego la mar de divertido al que quizá no nos atreveríamos con muebles más grandes como los armarios o las cómodas.
De hecho, los zapateros pueden llegar a convertirse en el mueble perfecto para darle un toque diferente o incluso experimental a nuestra decoración. En decoraciones monocromáticas, pueden constituir la nota de color, el guiño, el elemento de juego y creación. Y en decoraciones más coloristas, pueden desempeñar un rol activo y contribuir a la armonía cromática del entorno como el que más.
Escoger el zapatero ideal para nuestra casa dependerá de varios factores. Lo principal es decidir qué papel queremos que el zapatero desempeñe en la decoración: podemos optar por un zapatero discreto que no llame la atención ni sobre su diseño ni sobre su función, o podemos optar por un zapatero que, gracias a su diseño o al color de su superficie, transcienda su propia función convirtiéndose en una pieza central del conjunto del mobiliario.
Un segundo factor a tener en cuenta será el espacio disponible en la estancia o zona de la casa en la que queramos situar el zapatero. Por ejemplo, si nuestra idea es situarlo en el pasillo, conviene escoger un zapatero de gran longitud y poca profundidad, que ocupe el espacio a lo largo y no a lo ancho, sacrificando el menor espacio de pasillo posible. O si, por el contrario, nuestra idea es colocarlo en el dormitorio, nos puede resultar de utilidad que el zapatero incorpore un espejo de cuerpo entero ante el que podernos vestir a diario, solución con la que mataríamos dos pájaros de un tiro fácilmente.
Un tercer factor y último a tener a cuenta sería el grado de multi-funcionalidad que esperamos de nuestro zapatero. Si por falta de espacio nos resulta imprescindible hacernos con un mueble que, además de albergar nuestros zapatos, sirva para otras cosas, es posible que nos resulten interesantes opciones como los muebles de recibidor con zapatero, que suelen ser muy completos e incorporar, además de espacio para los zapatos, algún cajón o estantería adicional, así como espejo y espacio de mesita para las llaves, las monedas o algún accesorio de decoración.
Como veis, los zapateros son muebles auxiliares que pueden usarse de múltiples maneras y con infinidad de intenciones, y sin duda son un mueble que da de sí mucho más de lo que parece. Aquí podéis acceder a todos los zapateros disponibles en DueHome. ¡Que tengáis una feliz semana!
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