Si te gusta la filosofía pedagógica Montessori y quieres aplicarla a tu casa pero no sabes por dónde empezar, hoy recopilamos 5 elementos imprescindibles para crear un espacio Montessori para tus hijos en casa de manera fácil y sin grandes inversiones.
¿Quién fue María Montessori?
María Montessori fue una científica italiana que a principios del siglo XX revolucionó la educación desarrollando un sistema pedagógico propio que situaba al niño en el centro de su propio aprendizaje.
A raíz de sus observaciones en la Casa Dei Bambini, un centro para niños huérfanos, María Montessori llegó a la conclusión de que los niños pequeños son sus propios maestros, y de que al niño no se le enseña, sino que aprende por sí mismo.
Todo lo que hay que hacer es preparar el ambiente con una serie de materiales a su alcance diseñados para que el niño trabaje determinadas competencias, y guiarle en ese entorno sin imposiciones. La máxima Montessori por excelencia es “seguir al niño”, en el sentido de poner a su alcance aquello en lo que está interesado en cada momento.
María Montessori puso en práctica sus ideas en la misma Casa Dei Bambini y obtuvo resultados académicos extraordinarios en niños procedentes de entornos problemáticos que, a priori, la sociedad ya no creía que pudieran prosperar.
Cómo crear un espacio Montessori
Lo ideal es empezar a crear un espacio Montessori desde que el niño es un bebé, y posteriormente ir adaptando el espacio a medida que va creciendo y/o ir añadiendo áreas a las iniciales. Pero si quieres empezar por alguna parte, aunque tus hijos ya sean un poco mayores, éstos son los 5 elementos imprescindibles que tu espacio Montessori debe incluir.
1. Zona de movimiento libre
La libertad de movimientos es muy importante en un entorno Montessori. El bebé o niño debe disponer de espacio para moverse libremente y no estar restringido en un parque, una hamaca o una silla.
Cuando el niño es un bebé, en la zona de movimiento libre suele disponerse un colchón, una colchoneta o topper en el suelo, si se desea con una funda impermeable para evitar manchar la colchoneta con regurgitaciones accidentales o escapes de pañal. Al bebé se lo sitúa en el suelo encima de la colchoneta y se lo deja moverse libre, dejándole espacio para girarse, levantar el torso o sentarse cuando ya está preparado.
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Es conveniente que esta colchoneta no sea muy mullida, ya que ello dificulta que el niño aprenda a caminar cuando ya tenga edad de ponerse en pie e intentarlo: es mucho más difícil conservar el equilibrio encima de un colchón que en el suelo.
También es conveniente que a la colchoneta no le pongamos topes, ya que eso es al fin y al cabo una restricción del movimiento. Si no queremos que el bebé caiga directamente al suelo al voltearse y salir de la colchoneta, podemos poner dos colchonetas una al lado de la otra o bien una alfombra a continuación de la colchoneta principal.
Si el niño ya es un poco más mayor, puede sustituirse (si se desea) esta colchoneta por una alfombra cálida y cómoda, a poder ser lavable en lavadora ya que los accidentes líquidos siguen pudiendo producirse.
2. Espejo con barra
Un clásico de los espacios Montessori es el espejo con barra, en el que el niño puede observarse y reconocerse desde bebé. El espejo suele situarse en la misma zona de movimiento libre, junto a la colchoneta o alfombra, para que el niño se vea, se reconozca y, con la barra, aprenda él solo a ponerse de pie.
Hay que tener en cuenta que la colchoneta no es un lugar de descanso, sino de actividad. El espejo se sitúa al lado de la colchoneta por este motivo. Si queremos disponer un espacio de descanso para el bebé a ras del suelo, no deberíamos situar el espejo en esa zona, ya que el bebé, al verse, se excita en lugar de tranquilizarse.
3. Estanterías al alcance del niño
Una de las máximas más importantes de un ambiente preparado Montessori es que los materiales deben estar al alcance del niño, para que sea él mismo el que escoja aquéllos en los que en ese momento tenga más interés. La idea es que el niño no dependa del adulto para realizar sus actividades, sino que sea cuanto más autónomo mejor desde el principio.
Por eso, un básico de un espacio Montessori son las estanterías bajas. En ellas, situaremos los materiales de aprendizaje organizados por categorías y bien separados entre sí (como mínimo unos 20cm) para que el niño comprenda que son materiales distintos.
Los materiales suelen ponerse en cestas para fomentar el orden en la mente del niño. Y cuando se le presentan las distintas actividades, se suelen presentar en una bandeja de madera.
Es muy importante que las estanterías bajas estén preparadas para no caerse sobre el bebé o niño. Al principio, el niño se apoyará en la estantería para ponerse de pie, y más tarde es posible que intente escalar por ella o subirse a las baldas.
Por este motivo, al comprarlas debes fijarte en que las estanterías bajas sean lo suficientemente profundas y pesadas como para soportar el peso de un niño, y si no lo son deberás fijarlas a la pared para evitar accidentes.
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4. Rincón de lectura
A medida que el niño crece, pasa de estar estirado en el suelo a estar sentado, y poco a poco va adquiriendo la capacidad de escoger libros y pasar las páginas él solo.
Por este motivo, resulta imprescindible habilitar para él un rincón de lectura en el que sus libros estén expuestos por la portada y sean fácilmente reconocibles (ya que inicialmente el niño no sabrá leer), cosa que puedes hacer colocándolos en cajas o en estanterías que permitan poner los libros de frente.
Al mismo tiempo, es recomendable que habilites un rincón con cojines o un asiento cómodo en el que el niño pueda sentarse cómodamente a mirar libros sin restricciones. Puedes alargar la vida de la colchoneta del bebé añadiéndole unos cojines chulos y convirtiendo ese rincón en un rincón de lectura.
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5. Mesa con sillas de tamaño infantil
A medida que el niño se ponga de pie y ande, será capaz de sentarse en una silla y realizar actividades básicas por sí mismo. Llegados a este punto, una mesa y unas sillas de tamaño infantil son imprescindibles para que el niño pueda dibujar, pintar, realizar actividades de vida práctica y, progresivamente, aprender las letras y los números.
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Y hasta aquí los 5 elementos imprescindibles para crear tu primer espacio Montessori. ¿Te animas a ponerlo en práctica? Muéstranos cómo queda en Instagram, ¡nos encantará verlo!
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Foto de portada | How We Montessori.